Este fresco representa a Hércules encontrando a su hijo Télefo en las montañas de Arcadia. Fresco romano del sitio de Herculano, 70 d.C.
Siendo advertido por un oráculo Áleo, rey de Arcadia, que si su hija Auge tuviera un hijo, este mataría a sus tíos maternos. Áleo para evitarlo, hace a su hija sacerdotisa de Atenea y por lo tanto le es prohibido tener hijos.
El héroe Heracles, de paso por Arcadia, entra al templo y viola a Auge. De esa unión nace el niño Télefo.
El niño permanece oculto en el templo de Atenea hasta que Áleo, a consecuencia de una peste que asolaba el país le descubre; destierra a Auge y al niño lo deja expuesto en el monte Partenio.
Es entonces cuando los dioses se hacen cargo de él niño y sobrevive siendo amamantado por una cierva que acababa de parir a un cervatillo.
Existen diferentes versiones de la historia, en una de ellas, Heracles encuentra a Télefo y se hace cargo de él.
Tiempo después, como el oráculo lo predijo, Télefo asesina accidentalmente en batalla a sus tíos maternos, y es en Misia donde al fin se reencuentra con Auge, su madre.